cierre de la central de chernobil

La fatídica central nuclear de Chernóbil recibió hoy con aspecto grisáceo y muestras de simpatía a su alrededor la última visita antes de su cierre a las dos de la tarde hora local (12.00 GMT) de mañana viernes.

El cierre de la central nuclear de Chernobil
Imágenes producidas por el desastre de la central nuclear de Chernobil


«Es una ejecución sumaria, cuando tiene vida para doce años más», dijo a EFE Oleksandr, uno de los 8.000 operarios que perderán su empleo cuando el presidente ucraniano, Leonid Kuchma, dé la orden de clausura, a los catorce años del mayor accidente nuclear de la historia.


Kuchma, personalidades extranjeras y más de 300 periodistas de todo el mundo rindieron tributo hoy a la historia en una caravana de limusinas y autobuses que recorrió Chernóbil y la ciudad fantasma de Pripiat donde vivían los trabajadores.


Oleksandr y varios centenares de técnicos de Chernóbil gritaron de impotencia, desplegaron pancartas e increparon a Kuchma en una reunión que puso punto final a la visita en Slavutich, ciudad que se construyó a toda prisa en 1986 para sustituir a Pripiat.


Dos de las pancartas en las que los manifestantes expresaron su desesperación ante lo inevitable de lo que para el mundo es un alivio resumían las sensaciones en este país: «15 de diciembre, tragedia para nosotros», y «Hola al ‘show’ de mañana».


La caótica escena en la plaza mayor de Slavutich se completó en la propia capital, con otra manifestación de inválidos y enfermos a causa de la radiación y con una resolución parlamentaria.
Los diputados de la Rada, o Parlamento unicameral, pidieron en Kiev al Gobierno un aplazamiento del cierre hasta el próximo abril y que en todo caso se reciban «garantías por escrito» de Occidente de que cumplirá su compromiso de financiar el cierre.


El G-7 de países más industrializados y la Unión Europea (UE) han dado o están en vías de entregar a Ucrania más de 700 millones de dólares para un nuevo «sarcófago» en torno al reactor que estalló y condenó a millones de personas a vivir para siempre en la angustia.


Varios centenares de millones más se destinarán para modernizar otras dos plantas nucleares que produzcan la energía que se perderá con el cierre definitivo de Chernóbil.


Pero los acontecimientos durante la visita de hoy revelaron que en una Ucrania en grave crisis económica desde la desintegración de la URSS, parte de la población cree que se ha cedido indebidamente a la presión extranjera.


«No tenemos ninguna perspectiva, y aquí no hay nadie que quiera el cierre en este país de miseria», comentó a EFE con amargura Yuri Levchenko, soldador, a pocos metros del «sarcófago» actual, que ha dado la alarma con grietas en su estructura de hormigón y acero.


Levchenko y otros operarios se desahogaron con la prensa mientras Kuchma y los primeros ministros de los países más afectados por la catástrofe (Ucrania, Rusia y Bielorrusia) ponían coronas de flores ante «Prometeo», monumento «a los héroes de Chernóbil».


«Estas prostitutas políticas que cierran Chernóbil lo que quieren es robar lo que queda», acusó Guennadi en un eco de los escándalos de corrupción que afloran casi a diario en Ucrania, y en particular sobre el destino de las donaciones extranjeras para la central.


Guennadi teme dar su apellido por posibles represalias, pero el alcalde de Slavutich, Vladímir Udovichenko, acaba de denunciar a gritos la «desaparición» de 49 millones de dólares destinados a reparaciones del «sarcófago».


Con lluvia intermitente y sol a ratos, los visitantes vieron por última vez la mole de 90 metros que cubre y contiene a duras penas la radiación de casi 200 toneladas de combustible nuclear.


«Es un momento triste», dijo Kuchma a modo de despedida, aunque su Gobierno saludó el cierre como un hecho significativo y simbólico para «entrar en el nuevo milenio con Chernóbil cerrado».


Escasamente a dos kilómetros, las barquillas vacías de la vieja y polvorienta noria que acogieron las risas de niños y mayores en días de fiesta también están tristes. Se mecen con desgana, solas.


La caravana atraviesa los alambres de espinos y los carteles de «prohibido el paso» y pasea lentamente por las calles desiertas de una ciudad pujante de 49.000 habitantes cuya vida se detuvo aquel 26 de abril de 1986, exactamente a las 01.23.43.


Todo está quieto, como congelado en la era soviética: aburridas tiendas de «produkti» (alimentación) y descascarillados rótulos de «gloria al socialismo».


El hotel «Polessie», nombre de la región cuyo suelo tiene hasta diez centímetros de profundidad de materia radiactiva, aparece más tétrico incluso que entonces.


En las otras 19 aldeas dentro de la «zona de exclusión» que fueron abandonadas apresuradamente, la vegetación y los árboles son la única señal de vida y se comen las casas.
Pero queda visible una pintada en una pared con unos versos del antiguo himno soviético: «!El partido de Lenin, del pueblo la fuerza, hasta el comunismo nos ha de llevar!». 

GREENPEACE CELEBRA EL CIERRE DE LA CENTRAL DE CHERNOBIL


Berlín, 14 dic (EFE).- Greenpeace de Alemania celebró hoy, jueves, el cierre de la central nuclear de Chernóbil que se llevará a cabo mañana, aunque considera que no deja de ser sorprendente que todavía muchos estados apuesten por este tipo de energía.


«Catorce años después de la mayor catástrofe de la historia de la energía atómica para uso civil, finalmente, se va a desarmar esta bomba de relojería», dijo el experto en energía de Greenpeace Veit Bürger.


Para Greenpeace «el cierre del reactor debería clarificar al mundo que la energía atómica nunca es completamente segura, que es un atentado contra el medio ambiente y, además, es sustituible».


Por otra parte, el grupo ecologista criticó que los países occidentales den a Ucrania créditos para crear dos nuevos reactores, en vez de invertir en técnicas de energía seguras y respetuosas con el medio ambiente.


Los sustitutos de los reactores de Chernóbil, que responden a modelos de construcción soviéticos, son inseguros, según Greenpeace.


Para que la ayuda internacional para facilitar el cierre de Chérnobil se haga efectiva, la empresa pública propietaria de las centrales nucleares, Energoatom, ha de garantizar los niveles de seguridad de las instalaciones, añadió.


La organización ecologista dijo que en Europa del Este existen unos 13 reactores en funcionamiento del mismo tipo de los de Chernóbil, que según los expertos nucleares no cumplen los estándares de seguridad occidentales.

EFE.

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