El Fallschirmjägergewehr 42

Este apasionante fusil de asalto/ametralladora ligera surge a principios de la Segunda Guerra Mundial. El turbio origen parece estar en la rivalidad entre la Luftwaffe y el Heer.

Éste último llevaba algún tiempo detrás de la idea de crear un fusil de asalto, (que más adelante culminó en los MP43 y STG44). Cuando la Luftwaffe comprendió que este tipo de arma era el futuro, decidió que dotaría a sus unidades de choque más importantes, las paracaidistas o fallschirmjäger de su propio fusil de asalto.

Lo lógico, lo más económico y lo más rápido, hubiera sido adoptar el mismo arma que iba a adoptar el Ejército, pero en vez de esto, Hermann Göring se empeñó en solicitar a la casa Rheinmetall que diseñara un fusil de asalto, fusil ametrallador o ametralladora ligera totalmente nuevos y mejores que los que se estaban diseñando para el Heer. Además, para llevar la contraria al Ejército, la Luftwaffe eligió mantener el mismo tipo de cartucho que ya empleaba para sus fusiles de cerrojo, el 7.92x57mm de fusil. Este cartucho había sido descartado por el Heer, dado que con buen criterio, se consideraba demasiado potente, con demasiado retroceso, excesiva velocidad inicial y peso. En su lugar adoptaron el 7.92 Kurtz, de menor longitud, perfectamente válido para combates a distancias cortas y medias, y para fuego automático.

Algunos otros requisitos eran: que el arma fuera lo suficientemente ligera como para poder portarla consigo un paracaidista al saltar del avión, que pudiera hacer fuego completamente automático y que no obstante, pudiera hacer las veces de fusil cuando fuera necesario. (Parece ser que estas demandas tenían su origen en la gran cantidad de bajas sufridas en Creta por los paracaidistas en 1941, al estar las ametralladoras en contenedores que descendían por separado y cuya recuperación fue complicada en tierra bajo fuego de los defensores. Sin estas ametralladoras, la potencia de fuego de los pelotones fallschirmjäger se vio drásticamente mermada).

Rheinmetall realizó su trabajo de acuerdo a las directrices recibidas, y para 1942 (en sólo dieciocho meses de trabajo) acabó diseñando el FG42, abreviatura de Fallschirmjägergewehr 42, algo así como fusil automático de tropas paracaidistas. Era un arma visualmente diferente a otras armas del mismo tipo. La característica más fácilmente reconocible era el hecho de que el cargador no era vertical, sino horizontal accediendo la munición a la recámara por el costado izquierdo mirando desde la culata.

El primer modelo, tenía empuñadura de pistola, culata de plástico oscuro, y un bípode de serie que quedaba plegado debajo del cañón. Su bisagra estaba ubicada bajo el punto de mira, justo antes del engarce inferior entre la bocacha apagallamas y el cañón en sí. Además, el arma venía con una pequeña bayoneta en forma de estilete, fina y aguzada que cuando no era necesaria giraba 180º y quedaba guardada bajo el cañón entre las patas del bípode.

El Fallschirmjägergewehr 42

A la mitad de su longitud se hallaba el guardamanos, en madera, que ocupaba la posición central del arma (ver fotos). En el lado derecho del arma, con un recorrido que en parte se superpone con el guardamanos, hallamos la palanca de montar.

El arma disparaba tiro a tiro o a ráfagas a través de una palanca selectora en el lado izquierdo del pistolete. El hecho de portar el cargador en un lado se mostró una mala idea, dado que desequilibraba el arma al pesar más de ese lado, restándole precisión. Además, el cargador asomaba excesivamente, provocando continuos enganchones del mismo con la ropa, alambradas y otros elementos y obstáculos del campo de batalla. Aunque se desconoce el por qué de la elección del cargador horizontal, parece que pudo ser por aliviar la tensión sobre el muelle de alimentación del cargador, dado que tenía que empujar cartuchos de fusil (pesados) en número de veinte. En vertical, este muelle hubiera tenido que trabajar a elevada presión para empujar los cartuchos, mucho más que en horizontal (menor gravedad).

Otro defecto, posiblemente debido al potente cartucho elegido y al cañón corto del arma, era el fuerte retroceso y elevación que sufría, sobre todo en fuego automático.

Aunque por su aspecto pudiera parecer un arma innovadora, no lo era. No introdujo ningún nuevo mecanismo ni elemento. Rheinmetall reunió en su diseño elementos preexistentes, en un arma de funcionamiento por gases (es decir, los gases de cada disparo son los causantes de las sucesivas detonaciones por el principio de acción-reacción. La única novedad destacable, era que a diferencia de otras armas semejantes, cuando hacía fuego semiautomático (tiro a tiro) el cierre se encontraba en posición adelantada, con cartucho en el interior de la recámara y ésta obturada completamente por el bloque de cierre que incorporaba la aguja percutora. Al no tener que desplazarse el cierre a cada disparo, el fuego semiautomático era muy rápido, y en teoría (sólo en teoría) preciso, dado que el cierre apenas se movía.

El Fallschirmjägergewehr 42

Para hacer fuego automático (selector al efecto en esta posición), el cierre debía estar en posición atrasada con la recámara abierta y por supuesto, vacía. La ventaja de este sistema es que tras cada ráfaga la recámara quedaba abierta y por tanto se refrigeraba mejor. Además, al no quedar cartucho en la recámara, no había riesgos de autoencendido del cartucho en contacto con las paredes ardientes de la recámara.

El arma estaba bien diseñada, pero no se tuvieron en cuenta cuestiones que favorecieran la producción en masa. Esto implicó que además de ser lenta de producir, fuera cara.

La Luftwaffe adoptó inmediatamente el FG42, y enseguida comenzó a solicitar elevadas cantidades a Rheinmetall. Sin embargo, la producción siempre fue baja y errática, con entregas demasiado escalonadas en el tiempo. Por ello, el arma estaba muy cotizada entre los paracaidistas.

El Fallschirmjägergewehr 42
Imagen del modelo definitivo del FG42

Intentando reducir el tiempo y coste de fabricación, la empresa decidió introducir algunas mejoras que dieron lugar al segundo modelo. Estas mejoras consistieron en sustituir el culatín de plástico por otro más sencillo de madera. Se modificó la empuñadura del pistolete colocándola en posición más vertical y menos inclinada. El bípode se desplazó más hacia delante, hacia el freno de boca del cañón y aumentó ligeramente el número de piezas estampadas no mecanizadas. No obstante, al terminar la guerra sólo se habían entregado unos 7.000 ejemplares, a pesar de que además de Rheinmetall, otras cinco empresas más participaron en su fabricación.

El Fallschirmjägergewehr 42
Imagen que permite comparar las dos series fabricadas. En la parte superior el primer modelo, y debajo, el segundo, con su empuñadura menos inclinada y su culatín de madera

Algunos informes hablan de fallos menores en combate, con algunas interrupciones del fuego. Además, el bípode era demasiado débil y tendía a plegarse en fuego automático sostenido. El arma nunca llegó a ser perfeccionada debido a que las demandas eran tan elevadas y la producción tan escasa que no pudieron introducirse modificaciones serias dado que hubieran obligado a detener la producción para adaptar máquinas y operarios a nuevos diseños.

Como curiosidad: el primer uso operativo conocido de este arma fue en Italia en septiembre de 1943, en la liberación de Mussolini por parte de los comandos paracaidistas de Skorzeny. Después fue desplegada en combate contra los Aliados en Montecassino por parte de la 1ª División Paracaidista.

Características técnicas:
Calibre: 7.92x57mm (Mauser).
Peso: entre 4.5 y 4.9kg.
Longitud: 940mm (modelo inicial), 1060mm (modelo final).
Longitud del cañón: 502mm.
Velocidad inicial del proyectil: 761m/s.
Cadencia de fuego: entre 750-800dpm.
Capacidad del cargador: 20 cartuchos 

Autor: Wilhelm Heidkamp

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