El origen de este cañón es un requerimiento de la Wehrmacht para la construcción de un cañón pesado remolcado de 15cm. que permitiera dotar a las baterías de artillería pesada de un obús moderno.
El sFH18
El inicio del diseño data de 1926 y quedó ultimado en cuatro años (1930). Fue uno de los muchos proyectos potenciados con el rearme alemán tras la llegada de Hitler al poder tres años más tarde y la denuncia del Tratado de Versalles.
La política alemana era permitir que varias empresas privadas compitieran entre sí de forma que dadas unas especificaciones mínimas de licitación, al final pudiera optarse por el mejor diseño. Se entendía que esta competencia favorecía la innovación y la investigación.

Para el concurso de este arma, participaron tanto la Rheinmetall como la Krupp, seguramente dos de las más prestigiosas empresas en la fabricación de armas del mundo. Como resultado, se obtuvieron dos diseños soberbios. Ambos perfectamente capaces de satisfacer los requerimientos de la Wehrmacht.
La solución adoptada por la Oficina de Diseños fue salomónica. Dado que ambas empresas habían hecho un gran trabajo y para que ambas pudieran verse beneficiadas del contrato de producción se optó porque la Rheinmetall fabricara el cañón con sus mecanismos recuperadores y Krupp la cureña, tirantes, ejes y mástiles. El diseño fue designado en 1933 como 15-cm schwere Feldhaubitze (abreviado, sFH 18). La traducción literal sería “Obús de Campaña Pesado de 15cm”.
En realidad el calibre no llegaba a los 15cm (150mm) sino que correspondía a 149mm. Su longitud era de 27.5 calibres (es decir, el cañón era igual de largo en mm. que el resultado de multiplicar su calibre por 27.5)

Inmediatamente se instauró como el obús estándar (junto el de calibre medio de 105mm) y por tanto, se inició su producción a lo largo de diferentes subcontratistas por toda Alemania.
De acuerdo con las especificaciones iniciales el obús estaba diseñado como apto para remolque hipomóvil (esto es, tirado por caballería). Para ello, como muchas otras piezas de la Primera Guerra Mundial y de entreguerras, podía dividirse en dos partes, cañón y cureña, de forma que cada una de estas partes era arrastrada por su propia dotación animal. El arma era pesada, el desmontaje era lento y farragoso y el tiempo de entrar en acción para cada batería se veía perjudicado notablemente.
Dado estos inconvenientes y la progresiva motorización del Heer se modificó para su remolque por vehículos a motor. Para el transporte, los extremos de la cureña (los mástiles de apoyo), se unían y apoyaban sobre un afuste de dos ruedas en un solo eje, y el cañón se liberaba de su mecanismo de freno echándolo hacia atrás a fin de poder repartir mejor la carga y mantener equilibrado y bajo, el centro de gravedad. Ver en la imagen inferior el armón (desmontado) con el eje y las dos ruedas donde descansaban los tirantes de la cureña en configuración de transporte:
Ésta, sería la versión que acompañó a la Wehrmacht por Europa y África en sus conquistas.
El arma se mostró sólida y capaz de lanzar proyectiles de 43.5kg a distancias de 13.325m. Para ello empleaba normalmente seis cargas de proyección (paquetes cilíndricos conteniendo cordita y pólvora propelente). La dotación introducía primero el proyectil en la recámara, seguido de un obturador y de los seis paquetes consecutivos de propelente. Luego, al iniciarse la deflagración, los sacos de tela con la pólvora se disolvían convirtiéndose en gases a elevadísima presión que al expandirse empujaban a 520m/s el proyectil hacia el exterior del cañón. Con cada disparo se reiniciaba la secuencia teniendo cuidado de limpiar la recámara de restos incandescentes antes de introducir nuevas cargas (por el peligro de la autoignición).
Durante 1939, 1940 y la primera mitad de 1941, el arma colmó todas las expectativas germanas. Sin embargo, en el frente ruso los alemanes descubrieron que el enemigo había diseñado excelentes piezas de artillería con buenas prestaciones, incluso mejores que las de su sFH 18. En particular, los soviéticos contaban con un arma similar a la alemana, el obús de 152mm, pero que en la práctica tenía un alcance superior: 17.265m con una granada del mismo peso que la teutona. Esto empezó a ser preocupante con las acciones de contrabatería rusas, que eran capaces de batir a distancia de seguridad las propias posiciones de la artillería pesada de la Wehrmacht.
Intentando mejorar el alcance de la granada, los servidores empleaban la técnica de incrementar la cantidad de paquetes de propelente de seis a siete u ocho. Sin embargo, este sistema tenía grandes inconvenientes:
1º El cañón trabajaba a presiones superiores a las previstas con mayor desgaste del ánima y fatiga de material. Por tanto, se acortaba considerablemente la vida del cañón.
2º Los sistemas de muelles oleoneumáticos recuperadores no fueron diseñados para la presión extra, y por tanto sufrían excesivamente, con fatiga de los muelles y pérdidas de aceite (fugas) por sobrepresión.

Intentando solventar el exceso de presión de los gases y los inconvenientes antes referidos, se experimentó con frenos de boca pero con malos resultados. El freno de boca permitía reducir algo la presión, pero del mismo modo, la velocidad inicial del proyectil quedaba afectada. En cualquier caso, el cañón estaba trabajando en el límite de su capacidad.
Como única solución aceptable, los alemanes experimentaron con proyectiles cohete. Eran granadas convencionales que tras ser disparadas volaban impulsadas por un cohete con un incremente del tiempo de vuelo y por tanto del alcance. El sFH 18 fue el primer cañón de la historia en disparar granadas cohete (algo que la mayoría de las piezas modernas hacen). Con este tipo de munición se consiguieron alcances de 19km. No obstante, en mi opinión el proyectil cohete no deja de tener inconvenientes, particularmente que parte del peso inicial de la granada deja de ser de alto explosivo para convertirse en cohete y carburante para el mismo, con reducción de los efectos en el impacto.

La realidad es que el obús soviético de 152mm era mejor que el diseño alemán. El sFH 18 nunca se mostró excesivamente preciso y la vida del ánima del cañón era reducida, más que en otras armas similares.
De este cañón no sólo se dotó a las baterías pesadas divisionarias de la Wehrmacht, sino que además fue el arma elegida para el montaje de artillería pesada autopropulsada destinado a los regimientos de artillería de las divisiones Panzer y Panzergrenadier. El montaje se hizo sobre el Geschützwagen III/IV, y el vehículo resultante fue conocido como 15-cm Panzerfeldhaubitze 18M auf GW III/IV SdKfz 165 «Hummel».
TABLAS:


Se mantuvo en servicio durante toda la guerra. Como curiosidad, este cañón también fue uno de los elegidos para artillar el Muro del Atlántico de Hitler, muchos de ellos instalados en búnqueres de hormigón armado y otros en forma de plataformas de artillería de costa.
Algunos aliados de Alemania también recibieron este cañón, especialmente Finlandia, donde era conocido como m/40, e Italia, donde se le designó “obice da 149/28”.
Al terminar la guerra quedaban un buen número de estos cañones a lo largo de Europa, y los ejércitos checoslovaco, albanés, búlgaro, español y portugués los mantuvieron en servicio con sus fuerzas armadas durante muchos años.

Autor: Wilhelm Heidkamp