La organización interna del campo de concentración, también con respecto a los presos, obedecía a la estructura nacionalsocialista de «autoadministración».
Fragmento de un cuadro de Wladyslaw Siwek («Trabajos de excavación de los cimientos de un nuevo bloque», 1948). Los kapos muchas veces eran cómplices de las SS, cuando descargaban sus agresiones (diabólicas) contra los presos. (Aquí: el potro de tortura) Dibujo de Wladyslaw Siwek, 1948.
El mando lo tenía el decano (o veterano) del campo, elegido por las SS. Debido a la extensión del campo y a la gran cantidad de campos adyacentes había varios decanos. Eran los responsables del campo ante las SS, y como tales, las SS siempre se dirigían directamente a ellos con sus disposiciones.
Cada bloque tenía su decano de bloque, cada dormitorio su decano de dormitorio.
En principio todos los presos tenían que trabajar. Eran reunidos en comandos de trabajo, dirigidos por los kapos (presos responsables de un comando de trabajo o bien de un servicio; se les distinguía porque llevaban brazaletes). En los comandos grandes había un kapo superior y un kapo inferior. Los kapos no tenían que trabajar, sino que tenían que procurar que las marchas se realizaran debidamente y también eran responsables del rendimiento de su comando de trabajo.
Eran presos alemanes los que preferentemente desempeñaban estas funciones.