Arquímedes, el gran matemático y físico griego que vivió hace más de 2.000 años, utilizó, al parecer, la energía solar como arma.
Según varios escritores antiguos, entre ellos Plutarco y Antemio de Tralles, reflejó los rayos del sol sobre la flota romana, cuando ésta se dirigía contra su ciudad natal de Siracusa, y la incendió.
Esto sucedía entre los años 215 y 212 antes de J. C. Pero aquellos testimonios habían sido mutilados y no ofrecían credibilidad a los historiadores.
No obstante, en 1973 el doctor Ioannis Sakkas, ingeniero griego, realizó una serie de experiencias que demostraron la posibilidad del hecho.
Enfocó 50 espejos pintados de color de bronce sobre una pequeña embarcación de remos y reflejó sobre ella los rayos del sol.
En unos segundos la embarcación comenzó a humear, y al cabo de dos minutos rompió en llamas.
El profesor griego Evenghelos Stamatis, gran autoridad sobre Arquímedes, contempló el experimento y declaró después que no existían dudas de que el científico de Siracusa se había valido de la energía solar.