Tal como se ha visto, sólo los alemanes tenían sus carros encuadrados en grandes unidades, capaces de operar en solitario con gran potencia y velocidad y de asaltar todo tipo de obstáculos con la cooperación de los bombarderos en picado.
Cuando comenzó la guerra, Alemania disponía de 6 divisiones motorizadas, 4 motorizadas y otras tantas mecanizadas, con un total de 2.400 efectivos. Según describe Priego, «la División blindada alemana (Panzerdivision) estaba integrada por dos Grupos divisionarios de exploración, dos Regimientos de carros, un Regimiento motorizado de cazadores, un Batallón de motoristas, un Regimiento de Artillería, un Grupo de piezas contracarro, un Batallón de Zapadores y un Grupo de Transmisiones, estos últimos también motorizados.
El material de carros constaba de tipos ligeros (de cinco a seis toneladas, provistos de ametralladoras), medios (de nueve toneladas, armados también de ametralladoras) y pesados (de unas veinte toneladas, armados de ametralladoras y cañones de 37 a 75 mm.), siendo capaces todos ellos de desarrollar velocidades de 40 a 50 kilómetros por hora en todo terreno». Francia contaba con 7 divisiones motorizadas y 2 mecanizadas, que sumaban 2.285 efectivos. Gran Bretaña disponía tan sólo de 1 división motorizada, con 1.300 efectivos, mientras que Italia podía contar con 1 división acorazada y 2 motorizadas, sumando un total de 1.600 efectivos.
De las cifras podría concluirse que la ventaja alemana no era muy grande en cuanto a número de blindados, pero es en la organización, la doctrina y el adiestramiento donde la ventaja del III Reich era inmensa. Y lo fue durante toda la guerra, aunque numéricamente resultara muy rebasado. La superioridad técnica y material de los blindados alemanes sobre los aliados queda expresada en este dato: los norteamericanos estimaban que se necesitaban de 4 a 5 de sus carros para destruir uno de los alemanes. Numéricamente, Berlín estuvo rápidamente en desventaja; ya en 1942 Gran Bretaña fabricó 4.000 blindados más que Alemania. Ese mismo año los EE.UU, construyeron 20.900 más.
Los tanques en la campaña de Francia
Gracias a una muy superior concepción de la guerra de carros, Alemania dominó en este terreno desde el principio hasta el final, compensando frecuentes desventajas cualitativas y, casi siempre, en inferioridad numérica.
Con todo, Berlín dispuso en muchos momentos de mejores carros que sus enemigos, sobre todo en el oeste. Un claro ejemplo de esto último son los Tigre o los Panther, que entraron en acción a finales de 1942 y comienzos del 43, respectivamente. Los norteamericanos calculaban que destruir un Panther (45 toneladas) costaba 5 Sherman (32 toneladas cada uno). El 13 de julio de 1944 un solitario Tiger destruyó 20 tanques, cuatro cazacarros y 29 blindados ligeros británicos al sur de Bayeux. Cuando comenzó la guerra, el material alemán no sólo era mejor, sino que fue mil veces mejor empleado. Alemanía disponía de un total de 2.400 blindados. De esta cifra, 1.500 ejemplares eran vehículos de exploración Pz I y Pz II, el primero con seis toneladas de peso y dos ametralladoras; el segundo con similar peso y un cañoncito de 20 mm. Novecientos carros eran Pz III Mk. 35 y Mk. 38 (estos dos últimos de fabricación checa).
Sólo unas docenas eran Pz IV, blindado básico en las unidades acorazadas alemanas y el más construido por Berlín, con unas 8.000 unidades, hasta 1945. Por su parte Francia disponía para hacer frente a la invasión alemana de 3.900. Unos 600 de ellos sólo figuraban en auténticos museos de guerra, pues se trataba de Re. FT. 17, de la Primera Guerra Mundial.
Más de un millar eran vehículos de exploración. Gran Bretaña disponía de 1.300 carros. Un millar de ellos eran carros ligeros y de reconocimiento. Unos doscientos eran Mark III Valentine (16 toneladas) y apenas un centenar eran del modelo Mark II Matilda (27 toneladas). En Francia había, al comienzo de las hostilidades, 285 carros británicos, de los cuales sólo 114 eran de los modelos Mark III y II. Mientras los carros alemanes respondieron perfectamente a las misiones para las que fueron construidos, los franceses sufrieron amargas decepciones. Su carro Re. B-1 era el más pesado del momento, el mejor artillado cañones (dos cañones) y uno de los mejor protegidos. Sin embargo, su poderoso cañón de 75 mm. era casi fijo, de modo que había que mover todo el carro para apuntarlo; el pequeño, de 47 mm., era similar al de sus rivales, pero estaba emplazado en una torreta muy pequeña, ocupada por el jefe de carro.
El británico Matilda, por el contrario, dio un buen susto a los alemanes. Su armamento era ligeramente inferior al germano, pero resultaba muy superior su blindaje, de modo que repelía los proyectiles habituales de 40 y 50 mm. Constituyó una grave preocupación para las fuerzas acorazadas del Eje hasta la entrada en acción de sus anticarros Pak 38, de 50 mm., y hasta que la mayor parte de los carros germanos tuvieron cañones de más de 50 mm., cosa que sería general en 1941.