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Desde el «putsch de Röhm», en verano de 1934, los campos de concentración estaban por completo bajo el mando de las SS (Schutz-Staffel), una unidad de combate paramilitar de la NSDAP.

Originariamente creada para la protección de Adolf Hitler y los altos funcionarios de la NSDAP, las SS se convirtieron bajo Heinrich Himmler en una unidad especial con su propios fines elitistas.

En 1933 se convirtió en el instrumento de seguridad y terror político más importante del estado nacionalsocialista. Con el nombramiento de Heinrich Himmler a jefe de la policía alemana en 1936, las policías de seguridad y de orden del estado empezaron a depender de las SS, la policía de seguridad se integró del todo en las SS. Una nueva disposición organizativa de las SS a principios de 1939 estableció que los campos de concentración dependieran de los Servicios Centrales de la Seguridad del Reich (RSHA) de las SS, es decir, a partir del 16 de febrero de 1942 de la Oficina Central de Administración y Economía (WVHA) de las SS.

A partir de 1933 las SS empezaron a formar unidades propias, con formación militar, armadas y destinadas en cuarteles, la tropa de disposición de las SS y las Unidades de Calavera de las SS, éstas últimas responsables de la vigilancia de los campos de concentración. Después de estallar la guerra, a principios de 1939, se crearon las SS-Armadas que agrupaban la tropa de disposición y las Unidades de Calavera. En 1944 las SS-Armadas contaban con alrededor de 910.000 hombres, de los cuales 40.000 estaban destinados a la vigilancia de los campos de concentración.

Las SS, a la vez una orden y una mancomunidad, educaban a las nuevas generaciones neogermánicas, fieles al Führer. «Ser un luchador» era la filosofía de un hombre de las SS, su máxima consistía en obedecer a las órdenes sin reflexionar.

El hombre de las SS reaccionaba con dureza ante todo tipo de sentimientos humanos, era duro consigo mismo y con los demás, manifestando una concienciación elitista y un total desprecio hacia los seres inferiores. Con esa mentalidad el hombre de las SS se destacaba conscientemente de la gran masa formada por los camaradas del partido. El servicio en el campo de concentración se consideraba un servicio en el frente contra los enemigos del Reich.

El núcleo de la unidad de vigilancia en el campo de concentración de Auschwitz estaba formado por aquellos hombres de las SS que durante años habían prestado sus servicios en un campo de concentración. Al comandante del campo le asistían los jefes del campo de prisión preventiva (también responsables de la administración del campo), los responsables de los informes y de los servicios, los dirigentes de los bloques y de los comandos.
Los comandantes de Auschwitz fueron:

  • Rudolf Höss, 4 de mayo de 1940 hasta noviembre de 1943
  • Arthur Liebehenschel, 11 de noviembre de 1943 hasta mayo de 1944
  • Richard Baer, 11 de mayo de 1944 hasta el 17 de enero de 1945.

Un grupo aparte lo formaban los médicos de las SS que eran responsables de la salud de las SS, de la asistencia médica a los presos y del estado de las instalaciones sanitarias. Su superior era el médico titular del campo. Muchos médicos de las SS, como los doctores Dr. Mengele, Prof. Clauberg y Dr. Schumann, realizaron diversos «experimentos científicos» con los presos, que en su mayoría morían a causa de las consecuencias. Una de las tareas de los médicos de las SS era llevar a cabo las selecciones , en la «rampa» así como en el campo.

También aquellos presos que desempañaban determinadas funciones en el campo – en su mayoría se trataba de criminales – pueden ser calificados de verdugos al convertirse en cómplices y ejecutores de los crímenes de las SS.

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